¿Por qué un blog sobre justicia y traducciones? Suena raro, ¿verdad? Al menos los motores de búsqueda en Internet no arrojan muchos resultados cuando combinamos ambos términos (en realidad surgen más bien diccionarios en línea que nos dan la traducción del término "justicia"). Bueno, este blog no se trata de eso. Tampoco es un blog sobre traducción, ni sobre lingüística, ni menos sobre derecho. Es (o al menos es lo que espero que sea) un espacio para intercambiar ideas sobre las prácticas éticas y profesionales en relación con quienes ejercemos la profesión de traductores. Sobre todo quiero hacer énfasis en el trato que recibimos los traductores por parte de los clientes, las agencias (particularmente las agencias...), y de otros traductores que a veces solicitan ayuda y buscan derivar trabajo. ¿El trato es justo? ¿Todos cumplen/cumplimos buenas prácticas profesionales y éticas? ¿Cómo nos tratan las agencias?
El traductor del siglo XXI es un ser que lucha por hacer frente a la soledad tradicional de su profesión en la vorágine de los tiempos actuales y globalizados. Si bien muchos de nosotros intentamos vincularnos (por ejemplo, asociándonos a organizaciones profesionales, pagando membresías, asistiendo a congresos, haciendo "networking", etc.), la realidad es que, por lo general, trabajamos solos frente a una computadora la mayor parte del tiempo. Nuestros clientes están en diversos lugares del mundo (muchas veces remotos), en ocasiones nos separan varias horas. Muchos de nosotros estamos afiliados a sitios, tenemos páginas web, perfiles en redes sociales, etc., y recibimos propuestas a través de la red (ofertas generales dirigidas a x número de traductores, o quizás propuestas concretas) de clientes (la mayoría agencias) que quieren contratar nuestros servicios. Nos solicitan todo tipo de información, nos ponen un montón de exigencias, nos piden que les enviemos nuestras referencias, títulos, etc. Nosotros, traductores, lo hacemos con diligencia (no se debe hacer esperar al cliente, pensamos), así que cortamos con la traducción o la revisión que tenemos entre manos (o quien sabe, en definitiva, dejamos de hacer lo que estábamos haciendo) y raudos y veloces respondemos a cada una de las demandas de nuestros posibles (¡ojalá!) clientes. Mandamos todos nuestros datos, todo lo que piden y luego esperamos. Esperamos, esperamos, esperamos....La mayoría de las veces esperamos en vano, ni siquiera nos retribuyen con un correo estándar: "thank you, but no thank you". Y así quedamos, solos, todavía más solos que antes, preguntándonos por qué no nos reponden.
Bueno, de esto se trata un poco este blog, al menos por ahora.
¡Saludos cibernéticos para todos!